
En el maravilloso blog del impagable Anguloagudus podéis disfrutar en este momento de una (otra más) gran entrada en la que nuestro colega nos habla acerca del personaje de Tarzán, tanto en su faceta literaria como en los diversos acercamientos que otras artes han tenido a bien hacer de él.
El cómic, cosa normal, no pudo resistirse a la fantasía y al magnetismo visual que tales historias proponían, y así, a lo largo de las décadas, ha habido numerosas versiones en viñetas del atlético personaje.
De entre ellos, hay varios trabajos bien conocidos, y dado que estarán en la mente de todos, obvio el reseñarlos aquí.
El propósito de este post es dar a conocer, muy brevemente, algunas muestras de la versión menos conocida que el grandísimo John Buscema hiciera del mismo.
Concretamente, las imágenes que subo ahora, son de la edición francesa.
El tomo que tengo del Tarzán de Buscema está editado por Soleil en el 2004.
Es de enorme tamaño (25x34 aprox.), así que, por lo engorroso del asunto, no he escaneado más que unas pocas muestras, y ninguna plancha completa.
Pero vale como muestra, creo.
Las dos primeras historias y parte de la tercera las entinta el propio maestro que, como todos sabemos, fue siempre el mejor y único capaz de entintarse inmejorablemente, salvaguardando el poderío y a la vez la elegancia suprema de sus lápices.
Luego, en este tomo, vienen otras historias con tintas de Tony de Zúñiga, que realiza un trabajo de interés, y hasta muy brillante en ocasiones, bien que el dibujo a lápiz quede más desvirtuado. Para finalizar el álbum, en las dos últimas historias (y aquí viene el pero de este Tarzán) ,Rudy Mesina perpetra unos desaguisados tales con los lápices del maestro como para meterlo a la sombra de por vida.
Yo no sé si es que este Mesina no sabía dibujar (no como De Zúñiga, que lo hacía muy bien), pero el caso es que, en numerosas ocasiones parece manchar sin saber de qué va la cosa, como si se inventara líneas sin comprender que forman planos y volúmenes, prodigándose además con tozudez en rayados absurdos y feos...una pena, oigan.
Por lo demás, esta edición está muy cuidada, es bonita y de lo más recomendable.


Aquí, algunos ejemplos del Buscema by Buscema...


Estas viñetitas que van ahora, en las que, a modo de flashback, el acabado se vuelve aún más leve, sintético, maravillosamente sencillo, me parecen de maestro absoluto.



A Buscema se le recordará, seguramente, sobre todo, por su soberano y espectacular dominio de la figura humana. Pero, cuando quería, con cuatro elementos, componía la escena primorosamente. Véase esta preciosa viñeta, con un perfecto, elegante y envidiable sentido de lo narrativo, además...



Y, para terminar este brevísimo recorrido, unas viñetas con el entintado de De Zúñiga...



